Reporte de Evolución del Maní Argentino
Temporada 2019/2020 – #3
Visión General
El maní argentino continúa transitando un ciclo de desarrollo y crecimiento muy positivo considerando que, hasta el momento, se han dado condiciones climatológicas adecuadas. Si bien la temporada 2019/2020 había comenzado con un déficit importante de lluvias, el mismo se revirtió a lo largo de diciembre y enero, por lo que casi la totalidad del cultivo sembrado en Argentina logró dejar atrás la condición de estrés hídrico reportada inicialmente. Todas las zonas detalladas en nuestro mapa de referencia se encuentran en condiciones aceptables, aunque las zonas Este, Centro, Centro-Sur y Sur muestran un mejor estado en relación con las zonas Norte y Oeste, las cuales han recibido menores precipitaciones en los últimos meses y muestran demandas hídricas ligeramente superiores.
A lo largo de las últimas semanas, el maní argentino ha incrementado notablemente la tasa de crecimiento del cultivo (TCC), mostrando una importante producción de clavos y vainas en desarrollo. Además, aquellos lotes que se sembraron de forma temprana (octubre 2019) ya comenzaron la etapa de formación de granos.
En cuanto a la condición del cultivo, nuestro equipo de ingenieros agrónomos reporta los siguientes resultados luego de su última recorrida por los campos:
Del gráfico anterior se puede concluir que el cultivo está evolucionando en línea con las expectativas planteadas en el inicio de la temporada, aunque consideramos que no están dadas las condiciones climáticas que permitan repetir el rendimiento (excelente) del año pasado.
Mapa de la Principal Zona de Maní en Argentina
La principal área de maní en Argentina incluye las provincias de Córdoba, La Pampa, San Luis y Buenos Aires. En términos generales, se puede dividir de la siguiente manera:
Análisis de la Situación Agroclimática
Desde la fecha del último reporte de evolución de cosecha, se han registrado nuevas lluvias a lo largo de toda la zona manisera. Enero trajo registros de importante magnitud, principalmente durante los primeros 15 días. Dichos registros lograron que las demandas hídricas del cultivo durante su etapa de crecimiento fueran satisfechas. Hacia la segunda mitad de enero, nuevas precipitaciones se registraron, aunque de menor magnitud en relación con la primera mitad del mes. Las zonas Oeste y Norte fueron las que menos lluvias recibieron, con lo cual se encuentran ligeramente retrasadas respecto de las demás.
A raíz de las precipitaciones reportadas en varias localidades que constituyen núcleos en la zona manisera como por ejemplo General Deheza, Ticino, Ucacha y otras, se produjeron daños de importancia en caminos rurales y algunos lotes sembrados en suelos más bajos, causados por la cantidad de milímetros caídos en un corto periodo de tiempo. Este contexto es complejo desde el punto de vista agronómico, ya que los lotes no logran drenarse a tiempo, por lo que las máquinas no pueden ingresar para realizar labores relacionadas al control de malezas y las primeras aplicaciones de fungicidas. De todas maneras, se trata de fenómenos aislados en localidades puntuales.
Durante los primeros días de febrero (martes 4 y miércoles 5), nuevas precipitaciones de variada magnitud se registraron a lo largo de la zona manisera. Los registros variaron desde 25 mm en algunas localidades hasta 100 mm en otras.
En cuanto a los registros térmicos, las temperaturas de enero registraron valores normales para la época del año según estadísticas zonales y provinciales. Las temperaturas mínimas rondaron los 20° C, mientras que las temperaturas máximas se ubicaron entre los 30°C y los 35° C. (Fuente SMN). Hasta el momento, febrero transita con registros térmicos similares.
Distribución de agua útil en Argentina
La máxima capacidad de retención o “capacidad de campo” implica que la extracción de agua por los vegetales se produce sin ninguna dificultad. Entre la capacidad de campo y el punto de marchitez permanente existe el rango de lo que denominamos Agua útil en la capa arable.
En la figura se observa que, para octubre en el área manisera, los valores promedio se encuentran notarse que los valores mejoran hacia la zona este de Córdoba y noreste entre un 40% y 50% de agua útil en el perfil del suelo (condición intermedia). Como puede observarse en el gráfico, si bien los valores actuales son buenos, existe una menor cantidad de agua útil acumulada en relación con los valores registrados a la misma fecha de 2019. Fuente: FAUBA.
Evolución del estado fenológico del cultivo
En términos generales, el cultivo de maní se encuentra en activa etapa de crecimiento, siendo las zonas Este, Sur y Centro-Sur aquellas que presentan los mayores avances fenológicos:
Estados de Desarrollo del Maní
V1: primera hoja tetrafoliada
Vn: n-nudos sobre el tallo principal
R1: comienzo floración
R2: comienzo enclavado
R3: comienzo formación de cajas
R4: caja completa
R5: comienzo de llenado semillas
R6: semilla completa
R7: comienzo madurez
R8: madurez de cosecha
Tareas culturales
Continúan los tratamientos con herbicidas para el control de malezas en todas las zonas de nuestro mapa de referencia. Además, se están llevando a cabo labores de escardillo para controlar aquellas malezas que escapan a los tratamientos químicos.
En relación con los tratamientos con fungicidas, ya se ha realizado la primera aplicación de forma general y comienza a planificarse las segunda aplicación para prevenir el desarrollo de enfermedades foliares, como la viruela del maní. Si bien las condiciones de altas temperaturas y humedad son adecuadas para el crecimiento del maní, también predisponen el desarrollo de la viruela y otras enfermedades de suelo como la sclerotinia sp. Esta última posee un desarrollo característico al generar un moho blanco en el cuello de la planta. Dicha enfermedad no puede controlarse químicamente y puede causar la muerte de las plantas. Por ende, es clave el monitoreo constante por parte de ingenieros y productores para determinar el grado de infección del lote, ya que el avance de la enfermedad es muy rápido. La demora en la toma de decisiones podría acarrear consecuencias irreversibles en el cultivo.
Apreciaciones finales
Las lluvias de los últimos meses en Argentina lograron traer un manto de tranquilidad entre los productores agropecuarios y demás actores del ecosistema del maní en Argentina. Si bien se produjeron muy pocas lluvias a lo largo del invierno y primavera en Argentina (junio a diciembre de 2019), el verano trajo consigo importantes lluvias que se distribuyeron de manera homogénea a lo largo de gran parte del área manisera, lo que permitió revertir casi de manera total el déficit hídrico reportado inicialmente.
Llegando a mediados de febrero, ya comienza a perfilarse el potencial de rendimiento del cultivo. Es fundamental que las precipitaciones acompañen durante los próximos 45-60 días, para así poder consolidar el buen proyecto que muestran hoy los maníes. Según tendencias de pronóstico extendido, estimamos que las lluvias continuarán en lo que resta del verano y que el otoño estará caracterizado por condiciones climatológicas más tendientes a la neutralidad.
En comparación al reporte anterior, si bien las expectativas han mejorado, todavía es muy temprano para establecer conclusiones exhaustivas. Como cada año, debemos manejarnos con prudencia y profesionalismo, a los fines de obtener los mejores resultados posibles.
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